Recojo los pedazos de vida que han quedado regados por la habitación. Hay cinco trozos de labio que han dicho a un mismo tiempo ¡Ahhhh!
Yo me fui años después. En mi abandono tu me abandonaste y yo decidí que te dejaba.
Esto ya no sirve; no hay colbón de piel ni pegastick para recuerdos rotos, mucho menos cauchola para amores muertos; el boxer podría pegarlo todo mal, nueva historia llena de dejavus insólitos y asfixiantes.
Sentarse a ver un rompecabezas de 2200 fichas desperdigado por la habitación. Por la puerta salieron más de la mitad, no hay forma de volver a la imagen que había, de suponer la unión que se rompió.
Noche sin sueño. Mirada fija. ¿Respiro?
Recojo pedazos de vida, cada uno cuenta una historia, espacio de silencios. Me fui después de ti.
22.10.10