Percibió a lo lejos, entre el morro de basura, un brillo enceguecedor que llamó su atención. En silencio, moviéndose lentamente para no llamar la atención de sus compañeros, sin ánimos de compartirlo, se dirigió hacia el objeto centellante. Con cada paso el brillo se opacaba; al llegar se encontró con su imagen reflejada en un trozo de espejo.