De pequeño nunca se imaginó que la realidad sería tan distinta de la que leía en los cuentos. Armando Castillo nunca tuvo princesa, los caballeros jamás recorrieron sus rincones y el rey abandonó el trono cuando apenas acababan de ponerle la corona.
De pequeño nunca se imaginó que la realidad sería tan distinta de la que leía en los cuentos. Armando Castillo nunca tuvo princesa, los caballeros jamás recorrieron sus rincones y el rey abandonó el trono cuando apenas acababan de ponerle la corona.