SEÑALES DE HUMO por Luisa Gómez

Latinos & Masticadores / EEUU

Hacía casi un año que había dejado el cigarrillo. Después de más de media vida de llevarlo conmigo, acompañar las palabras y los silencios con su olor, y tomarme respiros del mundo siguiendo la elevación del humo, la dispersión de las partículas que llevaban -claro, alquitrán y nicotina- pero también mi aliento, mi olor, mi vida; después de media vida con su olor pegado a mi ropa, había decidido dejarlo; en parte por la tosecita de perro que me iba saliendo en las noches, pero, sobre todo, porque Tina me lo venía pidiendo.

Ya llegábamos a los cuarenta yo y ella a los treinta y ocho, era momento de pensar en un hijo y ella no quería cerca del niño el cigarrillo ni un cáncer temprano en el padre. Me ayudé con chicles; recurrí a los vapeadores, engaño maldito que no logró embaucarme; agujas en las orejas para disminuir la…

Ver la entrada original 1.308 palabras más

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s