Las fauces de la noche se han cerrado sobre este estudio. He caído en las vísceras de la fiera, me he resbalado por su garganta.

Las fauces de la noche se han cerrado sobre este estudio. He caído en las vísceras de la fiera, me he resbalado por su garganta.
Mi papá es el caucho, el coágulo, la materia espesa y resistente, la prueba del exceso de su padre sobre el cuerpo de su madre.
Él con el frasco entre sus manos, la cara tan pálida como sus piernas y sus brazos; Frankie pecas rojas, pelo rojo, mirando al sapo a través del vidrio, cara a cara con el batracio.
8 p.m. Todos se habían ido. Ya el negro nocturno se había estallado en el aire amenazando con comérselo todo. A lo lejos se escuchaban los zumbidos de los carros en la autopista, zancudos metálicos que irrumpían en los sueños.
No escondo nada, por eso los ventanales en casa y las cortinas siempre abiertas. Desde que se divorció Carlos, el… Leer más En la vecindad – Luisa Gómez
Toda escena sado tiene un santo y seña para detenerse, es un contrato, un acuerdo entre las dos partes. En realidad, hace explícito lo que no siempre es claro y, sin embargo, está presente en todas las relaciones.
Salieron en medio de la noche, atravesando la trocha, como Dios los trajo al mundo. Asustados, sin advertir sus pieles ni sus sexos encogidos.
Mi especialidad siempre han sido los negocios y cuando Ricardo me contó su idea me pareció buena: Coger hembritas de buena raza, que les aseguren la cuna, la alcurnia, unas bien bonitas desde chiquitas. Cogerlas, educarlas, alimentarlas pa’ que den buenos hijos.
Se lo dije; le dije «mijo, deje ir a su papá», pero no, Juvenal se lo llevó dentro. Se paró en esa tumba de nada, en ese entierro de viejo y el frío se le subió por las piernas, se le arrunchó en las coyunturas y me lo fue dejando tieso.
Originalmente publicado en Latinos & Masticadores / EEUU:
Entradas 7 y 8 Las perras están jugando. Se muestran los dientes; asoman los colmillos blancos,…